09 noviembre 2006

El nombre "Apeles"







Un elogio para cada nombre Dad mis saludos a mi querido Epeneto, que fue el primero que se convirtió a Cristo en Asia. Dad mis saludos a
María, que ha trabajado mucho entre vosotros. Dad mis saludos a mis parientes y compañeros de presidio Andrónico y Junia, que son muy apreciados entre los apóstoles y son cristianos desde antes que yo. Dad mis saludos a Ampliato, amado mío en el Señor. ‹ Dad mis saludos a nuestro colaborador cristiano Urbano,
y a mi querido Estaquio. Dad mis saludos a Apeles, cristiano íntegro. Dad mis saludos a todos los de la familia de Aristóbulo. Dad mis saludos a mi pariente Herodión. Dad mis saludos a los de la familia de Nar ciso que son creyentes. No hay duda de que detrás de cada uno de estos nombres se esconde una verdadera saga cristiana. Ninguna de ellas nos es conocida, pero podemos imaginarnos algunas. En este capítulo hay veinticuatro nombres personales y dos cosas interesantes que notar: (i) De los veinticuatro, seis son mujeres. Esto vale la pena recordarlo; porque algunos acusan a Pablo de ser machista y de minimizar el papel de las mujeres en la iglesia. Si de veras queremos conocer la actitud de Pablo, debemos leer un pasaje como éste, en cada una de cuyas líneas se trasluce el aprecio de Pablo hacia la labor que las mujeres están realizando en la iglesia. (ii) Trece de los veinticuatro nombres figuran en inscripciones o en documentos que tratan del palacio del Emperador de Roma. Aunque varios son bastante corrientes, este hecho es muy sugestivo. En Filipenses 4:22 Pablo habla de los santos de la casa del César. Puede que fueran en su mayoría esclavos; pero aun así es importante que el Evangelio parece haber penetrado desde tan al principio en el palacio imperial. Andrónico y Junias forman una pareja interesante, porque es probable que Junias sea un nombre de mujer. Eso querría decir, ¡nada menos!, que en la Iglesia Primitiva se podía incluir a una mujer entre los apóstoles. Los apóstoles, en este sentido, eran personas que la iglesia mandaba al mundo a predicar el Evangelio. Pablo dice que Andrónico y Junias eran cristianos desde antes que él. Eso quiere decir que se remontarían a los días de Esteban; deben de haber estado en contacto con la iglesia de los primeros días en Jerusalén. Detrás del nombre de Ampliato puede que se esconda una historia interesante. Es corriente como nombre de esclavo. Ahora bien: en el cementerio de Domitila, que es el más antiguo de las Catacumbas, hay una tumba decorada, dedicada exclusivamente a Ampliatus. Los ciudadanos romanos tenían tres nombres: el nomen, el praenomen y el cognomen- , lo cual podría indicar que este Ampliatus, que no tenía más que uno, era un esclavo. Pero la decoración de la tumba y la distinguida escritura nos hacen pensar que se trataba de una persona de alto rango en la iglesia. De ahí se deduce que, desde los primeros días de la Iglesia, las diferencias de rango estaban tan borradas que era posible que un hombre fuera al mismo tiempo un esclavo y un príncipe de la Iglesia. Las diferencias sociales no contaban. No podemos asegurar que este Ampliatus al que manda saludos Pablo fuera el mismo que el del cementerio de Domitila; pero no es imposible. La casa de Aristóbulo puede también ser una referencia que encierra una historia interesante. En Roma, la casa no describía solamente la familia o los parientes de una persona, sino que incluía también a sus servidores y esclavos. En Roma hacía tiempo que vivía un nieto de Herodes el Grande que se llamaba Aristóbulo. Siempre había vivido como un mero particular, y no había heredado nada de los dominios de Herodes; pero era amigo personal del emperador Claudio. Cuando murió Aristóbulo, sus servidores y sus esclavos pasarían a ser propiedad del Emperador, pero formarían una sección conocida como la casa de Aristóbulo. Así que esta frase puede describir a los servidores y esclavos judíos que antes habían pertenecido a Aristóbulo, el nieto de Herodes, y que habían pasado a ser propiedad del Emperador. Esto resulta más probable por los dos nombres entre los que se encuentra. Apeles puede ser la forma griega del nombre de un judío que se llamara Abel, y Herodión está claro que sería el que correspondiera a uno relacionado con la familia de Herodes. La casa de Narciso también puede que encierre una historia interesante. Narciso era un nombre bastante corriente; pero el Narciso más famoso era un liberto que había sido secretario del emperador Claudio y había tenido una considerable influencia. Se decía que había amasado una fortuna privada que equivaldría ahora a miles de millones de pesetas. Adquirió tanto poder porque toda la correspondencia dirigida al Emperador tenía que pasar por sus manos, así es que de él dependía que llegara a su destino; los sobornos para que las peticiones de la gente llegaran al Emperador iban engrosando la fortuna personal de Narciso. Cuando Claudio fue asesinado y Nerón ocupó su puesto, Narciso sobrevivió un poco de tiempo, pero al final se le obligó a cometer suicidio, y su fortuna y casa pasaron a ser propiedad de Nerón. Puede que aquí se haga referencia a sus servidores y esclavos. Si Aristóbulo era de veras el nieto de Herodes, y si Narciso era el que había sido secretario de Claudio, esto querría decir que muchos de los esclavos de la corte imperial ya eran cristianos. La levadura del Evangelio había llegado a los círculos más altos del Imperio. Cfr http://bendicionescristianaspr.com/?p=2927

1 comentario:

Apeles dijo...

Apeles. Es nombrado el príncipe de los pintores, natural de la isla de Coos, según Ovidio; de Éfeso, según Estrabón y Luciano; y de Colofón, según Suidas, que dice que los efesios le dieron el derecho de vecindad; vivía hacia la 120 Olimpiada, sobre 300 años antes de Jesucristo. Pintó muchos cuadros, todos obras maestras del arte. Pintó la imagen de la fortuna recostada, teniendo en el brazo izquierdo el cuerno de la abundancia y el derecho apoyado sobre una rueda, para demostrar su instabilidad y su inconstancia con una inscripción «Fortuna reduci». Preguntándole por qué había pintado sentada la fortuna, contestó que porque ella no había reposado nunca. Habiendo sido un día acusado, por un pintor celoso de su gloria, de haber conjurado contra el rey Ptomeo y causado la sublevación de Tiro y la toma de Pelusa, el príncipe tomó con tal fuego este asunto, que se encolerizó contra él como un traidor y asesino, y le hubiera mandado cortar la cabeza, si uno de los cómplices no hubiese declarado en el tormento. Alejandro el Grande que lo conocía extremadamente, no quiso hacerse retratar sino por él. Este príncipe le dio una de sus concubinas, llamada Compaspe de Larisse, de la que este pintor se había enamorado, trabajando en su retrato. Apeles figuró el retrato de Alejandro en el templo de Diana en el Éfeso, bajo la figura de un Júpiter con el rayo en la mano, y que parecía salirse del cuadro, así como el rayo. Plinio nos dice, que recibió 20 talentos de oro por su obra. Escribiendo Cicerón a Lucius, marca, que la razón que tuvo Alejandro, para hacerse retratar únicamente por Apeles, no venia del exceso de favor con que él le honraba, sino porque estaba persuadido, que habiéndose distinguido tanto este pintor en su arte, no dejaría de adquirir tanta gloria como el pintor mismo. Apeles ejecutó diversas obras de que han hablado los antiguos con mucha estimación: como el retrato de Antigonus, que ejecutó de perfil, para ocultar un defecto de este rey, que había perdido un ojo. El de un caballo, tomado tan al natural que hizo relinchar otros caballos al verlo. Pero sus cuadros mas célebres fueron dos Venus, de las cuales la una que salíale la mar fue nombrada Anadyomene, y la otra fue la que comenzó para la isla de Coos, y que no acabó por impedirlo su muerte. Sus otros cuadros de la historia, Castor y Pollux; de la Calumnia; de Clytus; de Megabyze; de Arehelaus, de Felipe y Alejandro son también muy renombrados en los escritos antiguos. Escribió algunos tratados de pintura, que se han perdido. Horacio habla del edicto de Alejandro el grande, que permitía solo a Apeles hacer su retrato. Tuvo por maestro a Panfilo. Se ignora á punto fijo el lugar de su muerte.
(Diccionario pictórico biografías de los hombres que más se han distinguido en la pintura dibujo y grabado desde la más remota antigüedad hasta nuestros días. Tomo primero)