La opinión
A mi querida prima Jacinta White de Llano,
en la muerte de su hija
¡Pobre Carolina mía!
¡Nunca la podré olvidar!
Ved lo que el mundo decía
viendo el féretro pasar:
Un clérigo. Empiece el canto.
El doctor. ¡Cesó el sufrir!
El padre. ¡Me ahoga el llanto!
La madre. ¡Quiero morir!
Un muchacho. ¡Qué adornada!
Un joven. ¡Era muy bella!
Una moza. ¡Desgraciada!
Una vieja. ¡Feliz ella!
—¡Duerme en paz!—dicen los buenos.
—¡Adiós!—dicen los demás.
Un filósofo. ¡Uno menos!
Un poeta. ¡Un ángel más!
Ramón de Campoamor
Tu crítica majadera
de los dramas que escribí,
Pedancio, poco me altera.
Más pesadumbre tuviera
si te gustaran a ti.
(Moratín)
22 noviembre 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario