Campos de soledad, Fabio, son estos,
ay dolor, palcolor, que tan mal huelen,
no se le olvide al comité de sabios
predicar al revés del padre Apeles.
En vez de triste coño y torpe labio,
cambien, con dos cojones, nuestra tele.
Cádiz, agosto de 2004
22 noviembre 2006
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